No hay mejor momento que el futuro

Portada del libro, es en blanco y nego y el autor está sentado en un taburete.

Acabo de leer “No hay mejor momento que el futuro. O cómo afronta la muerte un optimista” de Michael J. Fox y curiosamente las reflexiones que me dejó me recordaron la idea de plasmar en este blog una especie de diario o bitácora de mi tesis doctoral.

Había cogido ritmo gracias a las clases de ABAI y por diversos motivos lo había perdido. Creo que el principal es que no se me ocurría nada interesante que escribir.

Lo bueno de mi tesis es que cada cosa que hago me lleva a ella y que está estrechamente relacionada con mi vida profesional. Así que esta lectura que tomé como ocio o curiosidad, necesariamente me llevó a una reflexión sobre accesibilidad.

En el libro Fox[1] comenta cómo el papel que hizo en la serie “Curb your enthusiasm” resultó liberador porque no tenía que esconder el párkinson.
La secuencia completa se puede ver en este enlace:
https://youtu.be/fs0FYyzkgT4

Lo que me resultó interesante de esto es que es la premisa que se debería aplicar en la accesibilidad: las personas no tienen por qué esconder su discapacidad y a la vez el entorno debe favorecer sus capacidades.

El hecho de que Larry David le propusiera a Fox interpretar a una persona con sus características es eso, no se trata de forzar una situación ideal sino sacar el mejor partido posible de una circunstancia.

Es decir, en accesibilidad se debe entender que las personas tienen distintas formas de comunicarse, desplazarse y comprender y que se debe dar cabida a esa diversidad sin pretender encasillar a todo el mundo en una situación idílica de igualdad, se trata más bien de equilibrio.

Otro ejemplo que recuerdo con esta reflexión es la de un compañero de trabajo que se le daba muy bien la atención al público, pero tenía una batalla constante con los ordenadores. Desde la dirección se le exigía que mejora sus competencias digitales porque tenía que ser bueno en todo, cuando el trabajo en equipo nos demostró que éramos más eficientes si cada persona hacía lo que se le daba mejor y nos complementábamos.

De eso se trata “No hay mejor momento que el futuro” de hacer lo que se nos da mejor con los recursos que tenemos sin intentar ser otra persona y menos si esa persona está idealizada.

Ahora vuelvo a mi tesis y pienso eso que suena tan romántico y que veo en varias normativas: “los entornos, productos y servicios deben ser accesibles”. ¿Cómo lo cuantificamos, cómo lo medimos, cómo lo mejoramos? De momento las tablas de Excel me están dando varias pistas, habrá que seguir trabajando porque es ahora o nunca: no hay mejor momento que el futuro.


[1] Fox, M. J. (. 1. (2022). No hay mejor momento que el futuro: O cómo afronta la muerte un optimista (1ª ed.). Barcelona: Libros Cúpula.

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